Con la expropiación de cientos de empresas productoras de alimentos, el gobierno de Hugo Chávez dio inicio al control de la comida –un sistema eficaz para evitar cualquier escaramuza o rebelión en la población- y al día de hoy, todo ese esfuerzo, se traduce en el Comité Local de Abastecimiento y Producción (CLAP) y en el Sistema Patria.
Redacción Venezuela Al Día
Es decir, nada es nuevo, sino más bien todo es producto de un proceso a largo plazo; pero es en la actualidad que la población entiende y siente los efectos de aquellas masivas expropiaciones “a favor del pueblo” de empresas “imperialistas”.
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Expropiaciones que se convirtieron en supermercados, almacenes o compañías socialistas como Abastos Bicentenario, Mercal, PDVAL, entre otras empresas que fracasaron. Sin embargo, la falta de producción en el país y la escasez general que ha producido la hiperinflación y la caída del Producto Interno Bruto (PIB) por quinto año consecutivo, el régimen lo llama “guerra económica”.
Adiós a las importaciones
Venezuela es un país que se volvió en los últimos 20 netamente petróleo, es con la exportación de este producto que la nación tiene entrada de divisas extranjeras y por lo tanto ganancias enriquecedoras. Lo demás productos de primera necesidad, que pudieran producirse en tierras venezolanas, son importados.
Con la bonanza petrolera pocas cosas escaseaban, pero con la caída constante desde 2013 de los precios del crudo y sin tener políticas de respaldo económico, la situación de Venezuela se traduce a una escasez generalizada de alimentos, medicinas y hasta de repuestos automotrices.

Las importaciones de alimentos se han convertido casi a nada y debido a que la escasez es alta, sobrepasa el 90%, surgieron efectos colaterales como el “bachaqueo” y la especulación. El Gobierno para “evitar” estos dos fenómenos actualiza a través de Gaceta oficial los precios justos de los productos de primera necesidad.
Productos que el régimen importa a su gusto y que por lo tanto, el venezolano se ve obligado a consumir lo que el Gobierno desea. Es decir, el Gobierno impone y decide lo que el ciudadano debe y puede comer. Los “gustos”, como comprar un chocolate o un helado, quedaron en el pasado.
Las empresas privadas que obtienen las pocas divisas que el Gobierno otorga, compran productos de marcas extranjeras, portuguesas o italianas, que no todos pueden disfrutar, debido a sus altos costos.
Además, creó la Superintendencia de Precios Justos (Sundde) para vigilar a los comerciantes y “evitar” la especulación y los sobreprecios. Un organismo que ha sido calificado por Fedecámaras como un factor más para la represión, encarcelar empresarios y expropiar comercios. Tan solo en la segunda semana de agosto, tras la reconversión, las autoridades detuvieron a al menos 200 personas y sancionaron a 500 comercios.
Sistema Patria: Control sofisticado
Pero, luego de años bajo el control de Chávez, Nicolás Maduro decidió crear un sistema más sofisticado llamado Sistema Patria, que no solo contiene los datos completos de una persona, sino su núcleo familiar y hasta su estado migratorio, ya que se enlaza con toda la base de datos que contienen las instituciones públicas del país.
De esta manera, el Gobierno nacional sabe cuándo una persona está a su favor o no (que actualmente son muy pocos, el mandato de Maduro escasamente llega a 18% de popularidad según Datanálisis), y de allí determina si podrá beneficiarse con sus famosos bonos temáticos.

Rory Branker, editor de LaPatilla.com, realizó un análisis sobre este mecanismo donde explica cómo y hasta dónde llegan los tentáculos del régimen para invadir la privacidad y ejercer el control en los ciudadanos. “Ellos (Gobierno) tienen una base de datos del carnet, pero no es hasta que ingresas en el sistema Patria que todo se conecta y donde toda la información se conjuga en ese portal. Es mucho peor que la Lista Tascón y Maisanta. Va siendo más eficiente”, ya que la página se va transformando, agregando módulos de control ciudadano, indicó el experto.
Eduardo Trujillo, representante de la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab), denunció el 4 de octubre, en la sesión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que la implementación del carnet de la patria “atenta el derecho a la igualdad, los derechos civiles, políticos, económicos, culturales y sociales”, por lo que se requiere de su investigación.
Eduardo Trujillo, representante del Centro de Derechos Humanos de la Ucab, afirmó que “el carnet de la patria no es más que una mutación de la Lista Tascón como un formato de discriminación en Venezuela”. #4Oct #TVVNoticias #TVVenezuela pic.twitter.com/yebDHLjQNG
— VIVOplay (@vivoplaynet) 4 de octubre de 2018
La comida, otra opción para delinquir
No basta con provocar la escasez de alimentos como forma de arma política, el Gobierno hace negocios corruptos con los alimentos del Comité Local de Abastecimiento y Producción (CLAP), que se supone es una “ayuda” para que las familias más desfavorecidas puedan hacer frente a la crisis financiera.
“La corrupción está en todas partes en el Gobierno Socialista de Venezuela, incluso cuando se trata de distribuir comida a una población hambrienta. Los funcionarios de Venezuela conspiraron para cobrar excesivamente los contratos de importe de alimentos (de México) al país”, indicó el experto y profesor de economía Steve Hanke, respecto a la investigación que abrió la Procuraduría General de México sobre casos fraudulentos con el CLAP y empresas del país norteamericano.
La corrupción está en todas partes en el Gobierno Socialista de Venezuela, incluso cuando se trata de distribuir comida a una población hambrienta. Los funcionarios de VNZ conspiraron para cobrar excesivamente los contratos de importe de alimentos al país. https://t.co/DqrzIMdo2s
— Steve Hanke (@stevehanke_es) 22 de octubre de 2018
La investigación mexicana arroja que funcionarios venezolanos y los empresarios mexicanos compraron artículos de mala calidad a granel y los exportaron a Venezuela a más del doble de su precio real.
Se concluye, que en ningún momento la intención del Gobierno venezolano ha sido “combatir” la debacle económica; ya que el resultado es todo lo contrario, Venezuela ocupa el puesto 23 dentro de las 58 hiperinflaciones más severa de la historia. Sin embargo, su duración es una de las más largas, según cálculos del economista Steve Hanke.
De las 58 hiperinflación de la historia, Venezuela ocupa el puesto 23 de la hiperinflación más severa de la historia. Sin embargo, su duración es una de las más largas. pic.twitter.com/9dphdc8BXF
— Steve Hanke (@stevehanke_es) 23 de octubre de 2018
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