Desde la “Resistencia” hablan los muros, rinconcitos, defensas de las vías, cacetas telefónicas, puertas, pasamanos, barandas. El requisito para dejar la huella de protesta, es que sea público. Que el ciudadano se tope con la expresión de rabia, de impotencia, de dolor y muerte. El desahogo de la desigualdad de esta lucha, de la indefensión que impera, de un aguante que cada día pesa más. “Maduro Asesino”, “GNB asesinos de estudiantes”, “En la Resistencia todos nos llamamos “Hermano #niunmuertomas”, “Dignos en manos del hampa”, “Fuera Cuba de Venezuela”, “Pan pa´l pueblo, elecciones ya”, “SOS Venezuela”, “Libertadores de todos por igual”, “Se perdió el miedo”, se lee por doquier.
Zeudy Acosta Paredes / Venezuela al Día
Por allá en los ´60 influidas por la música Hip-Hop, las paredes de New York fueron presas de expresiones y pintas. “Taki 183”, era la firma de un joven griego radicado en la ciudad de los rascacielos en los ´70, que fue dejando en cada pared donde entregaba las encomiendas en su rol de mensajero. Así nace lo que conocemos como grafiti, que evolutivamente ha representado en muchos países del mundo una forma de expresión poética, de lo abstracto y lo evidente, de protestas, como las que en su cotidianidad y en estos tiempos tan agrios viven los habitantes de Caracas, principalmente.
La protesta es la consigna
Han pasado más de 90 días de protestas que mantienen al país en tensión, incertidumbre y zozobra, frente a un régimen que mientras asesina a la juventud negada a la coacción y franca imposición de su perpetuidad en el poder, viola todo tipo de derechos y se auto define demócrata y un “Gobierno de paz”. Sin embargo, las calles se calientan a diario y las expresiones de divergencia van en aumento, así como la manera de hacerlo.
De día o de noche, la protesta se hace sentir. Con banderas, pancartas, velas, cantos y consignas, el pueblo lo grita. Siluetas en el suelo para dignificar a los asesinados, noticieros en los autobuses, canciones, caminatas, y hasta personas envueltas en envoplast con sus cuerpos completamente desnudos simulando la muerte, fueron apostados en calles merideñas. La premisa es decirle al Gobierno y a la gente incrédula aún, que lo “hecho en socialismo” apesta, y para ello, con spray negro, azul, amarillo, rojo; con panfletos y grabados en aerosol o pegatinas, hablan las paredes de la resistencia.
Trasfondo del grito
A veces pasarán desapercibidos, otras dejarán una lección de vida, porque un trasfondo se esconde en los mensajes evocados en los grafitis de la capital venezolana, esos que hoy han sido captados por Venezuela al Día para interpretarlos, pero en diferentes gráficas de los medios que cubren las protestas, también se han dejado colar sin intención premeditada.
“Maduro Asesino”, es quizá una de las más recurrentes, forma además parte de un hashtag que en medios sociales denuncia las medidas de atropello, represión y hostigamiento que ha empleado el tirano desde Miraflores. En efecto, el calificativo le encaja a la perfección como autor material de los más de 80 muertos de esta etapa de protestas, cuando baila y justifica las acciones de los cuerpos represivos, pero además, es un asesino porque también hay muertos por hambre, por comer yuca amarga, por falta de medicamentos, por la inseguridad y, hasta por depresión.
El mensaje “GNB asesinos de estudiantes”, probablemente ni merezca explicación, sin embargo, es una forma de hacerle honor a los estudiantes, a los niños y jóvenes que por manifestarse en amplia desventaja, han sido asesinados con balas, metras y otros materiales que ha empleado la otrora honorable Guardia Nacional para callar sus voces eternamente. A esto, vale sumar, las detenciones con el uso desmedido de la fuerza, la demostración de “superioridad” cuando entre ocho funciones detienen y golpean ferozmente a un desprotegido muchacho, cuyas armas son las máscaras antigases, escudos de cuero o cartón, y la bandera terciada al cuello.
Quienes se mantienen cerca de las noticias y de lo que hace posible el sostenimiento de las protestas por tan largo período ha escuchado hablar de la hermandad que se ha establecido entre los grupos de jóvenes que conforman este movimiento conocido como Resistencia. Y sí, se organizan, se animan y se cuidad (como lo demostró el escudero al momento en que David Vallenilla fue embestido por un arma de fuego y aún se mantenía de pie luchando por su vida). Es eso lo que hace posible el mensaje de este grafiti “En la Resistencia todos nos llamamos «Hermano» #niunmuertomas”.
“Dignos en manos del hampa”. Nunca como antes, en Venezuela la palabra dignidad había sido tan vulnerada, tan empleada como un elemento clave de la humanidad. Se ha vulnerado, se ha pisoteado y violentado la dignidad del pueblo, no sólo en manos del hampa común sino de este régimen gobernado por verdaderos malandros.
La injerencia es un error y criticada por el Gobierno venezolano si se trata del desacuerdo de los países que conforman la OEA o la ONU, pero cuando las directrices vienen de Cuba, nadie se pronuncia. Por ello, “Fuera Cuba de Venezuela”, se hace presente en las calles, porque para la mayoría del pueblo venezolano no es un secreto que los Castro (primero Fidel y ahora Raúl), pusieron los ojos en esta tierra de gracia y prácticamente se han adueñado de ella, con Barrio Adentro y con las Avispas Negras; con su burda política antimperialista que, como se sabe, sólo ha dejado al pueblo cubano en el aislamiento, en la miseria y en la desolación. En eso han querido sumergir a Venezuela metiendo sus manos en los ministerios, en los registros, en el SAIME.
El Gobierno venezolano, en su afán de perpetuarse en el poder le ha “fracturado las rodillas al pueblo, para luego tener que darle las gracias por las muletas”. Entonces, no importa cuántos empleos tengas, o cuánto ganes, igual no se consiguen los alimentos, o resulta imposible comprarlos. De modo que, debes agradecerle a las CLAP que llegan a cada una vez al mes con el 5% de los productos básicos de la dieta promedio para alimentarse. “Pan pa´l pueblo, elecciones ya”, es una frase que resume igualmente, lo empecinados que están en negarse a medirse electoralmente en un proceso legítimo y transparente y por tal razón, se imponen con una Asamblea Constituyente.
Desde 2014, esta simbología ha sido empleada en diferentes ocasiones y manifestaciones sociales, en diversos puntos del país. En Facebook, Twitter o Instagram, con cadenas humanas, el “SOS Venezuela”, es un grito desde el silencio que se impone desde adentro del país y que hoy acompaña las protestas por la indiferencia de muchos venezolanos y de los organismos internacionales. Que el mundo se entere, la dictadura mantiene en peligro la democracia y la libertad.
Ambos grafitis, “Libertadores de todos por igual” y “Se perdió el miedo”, tienen una comunión, un matrimonio que sin firmar un contrato se ha asumido con seriedad y compromiso, pese a los altos riesgos que implica. Libertadores, así se les ha reconocido a esos jóvenes que, como expresara Neomar Lander es “una lucha de pocos, que vale por el futuro de todos” y que se complementa con otra “nos han quitado tanto, que nos quitaron el miedo”. Debe ser esa la bandera de lucha, el principio moral y cívico que los domina y mueve a diario, aun cuando el saldo de muertos empaña sus ojos y su corazón.
Fotografías de Andrea Sandoval (@andreadanielas en Instagram)
El rostro de Maduro suele aparecer en numerosos espacios públicos acompañado de mensajes desprecio.
Avenidas, postes de luz, cabinas telefónicas, suelen servir como lienzo para expresar el sentimiento de la actual Venezuela.
El rechazo hacia el Gobierno también recae contra los efectivos militares, protagonistas de una serie de asesinatos que han enlutado al país de por vida.
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