El plan Chamba Juvenil fue anunciado por el presidente venezolano, Nicolás Maduro en junio de 2017 mientras Venezuela atravesaba su peor crisis en la historia contemporánea, siendo los jóvenes los más afectados.
Daniela Martin/Venezuela al Día
El plan de empleo, dirigido por Pedro Infante Aparicio, ministro del Poder Popular para la Juventud y Deporte, busca que jóvenes “puedan incorporarse a través de su desarrollo y formación y desempeñarse activamente en la producción del país”.
Sin ofrecer mayores detalles, el Ejecutivo informó sobre la incorporación de 200 mil jóvenes entre junio y julio, que serán atendidos por el “Banco de la Juventud” en un proceso de recolección y captación de 50 mil proyectos productivos en Venezuela.
El plan además de reconocer la alta tasa de desempleo en el país deja al descubierto las fallas de otras misiones de su antecesor, Hugo Chávez, que fueron creadas bajo el mismo argumento.
La Gran Misión Saber y Trabajo, con el mismo objetivo que el plan Chamba Juvenil, buscaba la incorporación de jóvenes venezolanos al mercado de trabajo entre los años 2011 y 2019.
Se hablaba en aquel entonces, de la creación de tres millones de puestos de trabajo, que se fueron desvaneciendo en el tiempo, e incluso en febrero de 2017 la “Gran misión” debió ser reimpulsada.
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— Venezuela al Dia (@venezuelaaldia) June 30, 2017
Maduro precisaba que solo 1% de las personas registradas en el recién inaugurado, Carnet de la Patria habían sido beneficiadas por la Misión Saber y Trabajo.
La gran misión había quebrado, y por supuesto el gobierno lo notaba seis años después, cuando aún insistía en “levantarla con fuerza y con inversión”.
Se planteaba así, el mismo mecanismo de reciclaje que se aplica usualmente con el gabinete ministerial.
Reciclaje y más burocracia
Así como, ahora los jóvenes venezolanos “contaban” con dos planes o misiones centradas en lo mismo, también el Estado ampliaba su burocratismo en medio de un reciclaje que no evidencia ni fuerza ni resultados.
Es el legado que dejó Chávez y es continuado por Maduro, quien con una actitud reacia a los cambios y a la mejora de un país, insiste en modelos fracasados que solo permiten la estadía de algunos en el poder mientras el resto de los venezolanos sigue sucumbido en la crisis.
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